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Natación : Dos ceutíes, testigos del reto
Enviado por Administrador on 8/1/2008 9:00:00 (1324 Lecturas)
Natación

Dos ceutíes fueron el pasado sábado testigos privilegiados de la Travesía por triplicado que el nadador catalán David Meca realizó en el Estrecho.



David Meca
Momento en el que David Meca recibe
una inyección de primperán para cortar
el vómito y los mareos

Gerardo Valero y David Robledo tripularon una de las embarcaciones de apoyo que acompañó al de Sabadell, junto a dos barcos más y las dos zodiac de la Cruz Roja (una de ellas, la más pequeña, en compañía permantente del campeón del mundo).

El barco de los caballas era el encargado de cargar con los utensilios de iluminación y el equipo médido.
Relataba Valero al respecto que “todo fue programado a través de Tarifa Tráfico. Para nosotros fue una completa satisfacción formar parte de esta aventura, aunque ninguno de los dos nos imaginábamos lo que íbamos a pasar”.

Contaba el ceutí que “al principio todo iba muy bien, pero conforme nos acercábamos a la costa de Marruecos las olas comenzaron a crecer y a crecer, y tuvieron que pinchar primperán a David para cortar los vómitos y mareos. Ahí no quedó la cosa, ya que a la vuelta de nuevo hacia la península, seguía empeorando el tiempo, y le inyectaron al menos dos veces más y le dieron varias pastillas”.

A la vuelta -continuaba Valero- aquello ya era criminal. Las olas comenzaban a desplazar a los barcos, y cada vez nos costaba más mantenernos cerca de David. Más de una vez lo perdíamos de vista, y los nervios comenzaban a aparecer”.

El momento crítico se acercó cuando una de las gomas de Cruz Roja, la que acompañaba a Meca, empezó a fallar, ya que según explicaba Gerardo “entraba mucha agua, y el motor lo acusó y tuvo que retirarse de la escena”.
La zodiac más grande de la Cruz Roja los sustituyó, mientras las olas seguían convirtiendo las aguas del Estrecho en un completo caos.

Fue ahí cuando, en un potente golpe de ola, la zodiac no pudo evitar caer con todo el peso de la quilla sobre la espalda del nadador.

Recordaba Valero que “fue una situación muy angustiosa para todos. Los cuatro o cinco segundos que estuvo David sumergido en el agua se me hicieron interminables, aunque finalmente pudo salir para nuestra tranquilidad y continuar con la travesía, aunque muy mal”.

Decía el ceutí que “aquello era muy peligroso. Ya era casi imposible acompañarlo. Miembros de su equipo pasaron miedo, y oí al padre gritar y a una chica llorar”.

A un par de millas de Ceuta fue cuando lo volvieron a pinchar, y después de que ni lo viéramos se decidió que era mejor recogerlo y llevarlo hasta el puerto, y que conste que no fue por decisión suya, sino por la seguridad del equipo, que pasó muchos apuros”.

Aunque se considere que el de Sabadell no consiguió el reto, Gerardo era tajante al afirmar que “yo creo que el mero hecho de cruzar los dos primeros tramos dadas las condiciones climatológicas, con la oscuridad y todo aquello, si no ha conseguido el record sí se lo ha currado”.

Al menos, el recibimiento mereció la pena. Dijo Gerardo al respecto que “David nos contó que no se lo esperaba  y era el mejor que le habían hecho”.

Fuente: El Faro de Ceuta 

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