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Club : Aquel verano del 64
Enviado por Administrador on 27/7/2016 8:56:55 (1270 Lecturas)

Hace poco, en el Whatsapp colectivo del caballa, donde van poniendo los resultados y el seguimiento en directo de los partidos de waterpolo, Sergio Aguilera colgó una foto del equipo infantil del año 1977.

La referencia era del ABC de Sevilla y, con toda seguridad, estaba escrita por Lorenzo Muñoz, gran amigo de mi padre y alma mater de la natación y el waterpolo en Sevilla, a quien tuve el honor de conocer. Durante mi estancia en Sevilla me comentó un montón de anécdotas y vivencias de los múltiples enfrentamientos que, durante los 60, tuvimos el Caballa con ellos, pero el recuerdo estrella con diferencia era cuando Antonio Pérez Cospedall  quedó campeón de España en el año 64, y que supuso la primera participación de un caballa en unos Juegos Olímpicos. Es de estos recuerdos y de los que contaba mi padre cuando yo era pequeño que me gustaría describirlos y contarlos a todos aquellos que estén interesados, porque creo que, con el tiempo, reflejan el espíritu del irreductible pueblo galo que está en la playa de la Ribera.


En el año 64, Antonio estuvo becado en la residencia Blume de Madrid. Por aquella época la Blume no estaba estructurada como ahora como un centro de alto rendimiento, sino que en ella vivían deportistas para continuar entrenando cuando en sus clubs no podían. Antonio no tenía un entrenador especifico de natación, sino que había uno para diferentes disciplinas, siendo entrenado por uno de gimnasia. Como era de esperar, no progresó todo lo que debía y al ser su ilusión ser campeón de España para poder ir a la Olimpiada de Tokio, volvió pronto a Ceuta para preparar el campeonato con su entrenador de verdad, que no era otro que mi padre,  conjurándose los dos para alcanzar este objetivo.
 
Yo nunca entrené con mi padre, ni lo recuerdo entrenando, pero tal como me lo describió Pedro de Paul, debía ser muy exigente. Fue de los primeros entrenadores en España que introdujeron el entreno por intervalos, que sigue siendo la base de la preparación en natación. Yo no lo vi, pero me imagino aquella estampa de mi padre apoyado en las redes de detrás de la portería, justo detrás de la calle 6, con los cronos omega en las manos y exigiéndoles un último esfuerzo a los nadadores.
 
El ritmo de entreno tuvo que ser muy bueno y llega uno de los momentos más interesantes de esta historia. En un momento, probablemente ya al final de la puesta a punto, mi padre le comenta que si hace unas series por debajo de un tiempo, escribiría una carta a la Federación para decirles que fueran preparando el billete a Tokio, porque Antonio iría a las Olimpiadas. No solo hizo aquellos tiempos sino que los mejoró y aquel mismo día  escribió la carta  al director técnico de la Federación. Éste contestó rápidamente y le dijo si se había bebido todo el whisky de Ceuta, porque no ganaría la prueba y solo iría a Tokio si era campeón.
 
Con estas fueron a Tenerife, creo que iba como delegado Tito Paco (Francisco Bernet padre) y Vicente Bernet, y los nadadores, además de Antonio, su hermano Quico, Manolo Mestres (el bombero), Joan Gimbernat, Barreto y Pepe Erola .
 
Para hacernos una idea del nivel que teníamos, en la final de los 100 metros había dos nadadores del Caballa, Antonio y Juanito Gimbernat. En un ejemplo de estar ya avanzado a su época, prepararon la final con los dos nadadores. Le pidió a Joan Ginbernat que saliera a tope los primeros 50 metros, sabían que el principal favorito, Espinosa, le seguiría y de esta forma pretendían desfondarlo para que, en el segundo largo, Antonio recuperara y de menos a más lo superara. La prueba salió tal como la diseñaron, Gimbernat sacrificó su prueba y salió a tope, el favorito le siguió y Antonio dobló de los últimos, pero en el segundo largo recuperó y quedó campeón. Sin embargo, aquí no acaba todo, y tal como me lo contaba Lorenzo, se tiraron al agua todos los componentes de la delegación del Caballa antes de que llegara el ultimo, parece  ser que incluso Gimbernat tuvo problemas para tocar la pared. Según el reglamento tenía que haber sido descalificado, ¿os imagináis la estampa?. Lorenzo me comentaba que estaba de árbitro, y que nadie se atrevió a descalificarlo, sabían que el que lo hiciera volvería a la península sin necesidad del avión. Posteriormente, las butifarras que les hicieron a los técnicos de la federación fueron memorables, decía que había que verlos corriendo previniendo lo que les caería. Probablemente, aquella noche en Tenerife los de Ceuta bebieron más de una botella de Juanito el Caminante.
 
Después de este hito, vinieron otros, como el tercer puesto del relevo 4 x 200 libres en un campeonato de España y grandes participaciones de otras hornadas de nadadores, como MC Bernet, que si no hubiera  tenido que nadar a todas las pruebas podría haber hecho algún gran resultado, su hermana Luisi, Barbancho, mi hermana Inés y Conchi Bernet, MC Rios y ya al final Pedro de Paul. Fueron buenos resultados, pero recuerdo un halo de frustración que siempre tuvo mi padre en sus últimos años de vida, y que fue la oportunidad perdida que tuvimos en el Caballa para pasar de la estructura de un Club de los años 60 a un club de Natación moderno.  La oportunidad perdida fue  la subvención recibida por el club debido a sus grandes resultados. Se dudó entre invertirla en cubrir la piscina o hacer el local social que ahora es el restaurante. Se decidió por esta segunda, seguramente con la intención de ampliar la base social, siendo a la larga mas un problema que un activo para el club. Sabía que sin piscina cubierta mas pronto que tarde no se podría mantener el nivel competitivo. 
 
A pesar de todo se siguieron obteniendo algunos resultados increíbles, como el 6 puesto Juvenil del año 80, pero realmente entramos en una decadencia deportiva, en la que unos cuantos locos del Waterpolo consiguieron mantener el espíritu deportivo del club. Fue una época de la que solo podíamos vivir de recuerdos anteriores, a los que creíamos que no volveríamos a llegar.
 
Pero he aquí (yo ya por cuestiones laborales no vivía en Ceuta), que con la construcción de la primera piscina cubierta en Ceuta, y posteriormente la carpa del Caballa, bajo la presidencia de MC Bernet, que se empieza a recuperar este tiempo perdido y el club empieza a crecer deportivamente hasta los resultados actuales. Pero creo que es el momento de aprender de errores del pasado, y ya que se ha vuelto a estar presente en lo más alto del panorama deportivo, es necesario que  el club se modernice continuamente para no volver a cometer los errores de hace 40 años y adaptarse a las nuevas necesidades de los clubes deportivos. Desde la distancia creo que se va en esta dirección, aunque sigamos teniendo un gran problema, que es la falta de espacio. Requerirá de soluciones imaginativas por parte del club  y ayuda de la administración, pero es indudable que para obtener buenos resultados es fundamental el trabajo técnico y físico con un número alto de jugadores de categorías inferiores.
 
Es necesario recordar bien la historia del Club para saber quiénes somos y, sobre todo, aprender de errores pasados y que no volvamos a estar dentro de un tiempo recordando viejos tiempos mejores, sino creando y aumentando nuestro salón de la fama particular de la Av. Martínez Catena s/n.
 
Fuente:www.elfarodigital.es - Juan José Serráis Benavente 

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